¿Qué es más adictivo, el crack o la coca en polvo?
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Foto del artículo adicción al crack: Matt Production y cottonbro
El consumo de crack o cocaína base fumada resulta minoritario en España. Según los datos de 2017 del Ministerio de Sanidad, sólo el 0,1 de las personas de entre 15 y 64 años había consumido esta sustancia en el último mes, mientras que el 1,3 lo había probado alguna vez en la vida.
El crack o cocaína base es una de las formas en que se consume la coca, y consiste en fumar esta sustancia a través de una pipa o un tubo de cristal. En concreto, el crack consiste en piedritas blanquecinas (por eso también recibe el nombre de «piedra») que se obtienen de la cocción de la cocaína con bicarbonato de sodio. Al pegarle fuego para aspirar el humo, el clorhidrato de cocaína se desprende del bicarbonato, produciendo un sonido de ruptura, del cual deriva el nombre de esta droga.
Las otras formas de consumir cocaína son esnifando polvo, la más común y predominante, inyectándola en vena tras diluirla o, también, fumando la mezcla de tabaco o marihuana con “sulfato” de cocaína (los residuos que quedan del procesado en la olla o, previamente, a partir de la maceración de las hojas con químicos). Esta última se la conoce como basuko o, en Latinoamérica, como paco.
La diferencia entre fumar la cocaína en forma de crack y esnifarla es que, en la primera, el efecto aparece más rápidamente, con mayor intensidad, aunque dura menos, y resulta mucho más adictiva.
¿Cuáles son los efectos del crack?
Los efectos de fumar crack, que aparecen con mayor inmediatez que esnifando el polvo, son:
- Sensación de euforia
- Excitación motora y de actividad, que se asocia con un estado de euforia y alegría
- Cambios emocionales, con posibilidad de sufrir crisis de ansiedad
- Mayor capacidad de concentración al inicio, por lo que se consume para conseguir más rendimiento intelectual. Sin embargo, este efecto es aparente y pasajero.
- Aumenta la frecuencia cardíaca y respiratoria, y esto puede ocasionar problemas de corazón o crisis cardiorrespiratorias.
- Las pupilas se dilatan
- Aumenta la temperatura del cuerpo
- Pérdida de apetito
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Consumir cocaína fumada o crack de forma más o menos habitual puede provocar:
- Adicción al crack (incapacidad de controlar el consumo más allá de las consecuencias)
- Enfermedades cardiovasculares
- Constricción de los vasos sanguíneos
- Derrames cerebrales
- Trombosis cerebrales
- Paros cardíacos
- Convulsiones
- Depresión, ansiedad, agresividad
- Crisis de paranoia
- Impotencia, infertilidad, problemas menstruales
Estos efectos y consecuencias son similares tanto si se esnifa como si se fuma la cocaína base. Ahora bien, con el crack se potencian de manera notoria.

POR QUÉ EL CRACK PUEDE CREAR MÁS ADICCIÓN QUE LA COCA ESNIFADA
Las sustancias psicoactivas estimulan la liberación de dopamina en el cerebro. Concretamente, en el circuito del sistema del deseo, que es la parte que nos motiva para conseguir algo «importante». Esta área cerebral es una de las más antiguas en la evolución humana y desempeña el papel de impulsarnos a sobrevivir.
En otras palabras, la dopamina es la molécula encargada de motivarnos y exortarnos a que debemos comer algo que vemos sobre la mesa, acercarnos a una persona que nos gusta o embarcarnos en una carrera profesional que nos reporte comodidades, seguridades y placeres futuros. Todo con el fin de seguir con vida.
Cuando realizamos esos gestos, otras sustancias químicas del cerebro entran en acción para que percibamos las sensaciones reales. Así, la dopamina es la promotora de esos viajes, la que incita con antelación a probar todo aquello que puede resultar «beneficioso» para sobrevivir. Pero una vez ocurre, se retira.
Cuando se produce la recompensa (degustamos la comida; tenemos sexo; conseguimos logros laborales), la dopamina se reabsorbe, disminuye, porque aparecen las otras sustancias que permiten percibir las sensaciones. Por eso muchas veces el deseo puede resultar más intenso que el gusto. Pero se trata de un mecanismo de equilibrio natural del organismo.
Eso sí, tras la recompensa, la dopamina modifica los circuitos neuronales para que el cerebro aprenda que esa acción es importante para nuestra vida.
Las sustancias psicoactivas tienen la capacidad de estimular de forma artificial y extraordinaria la liberación de dopamina. Mucho más que cualquier estímulo natural: comida, sexo, logros… Tanto, que ese equilibrio se rompe, pues no hay forma de compensar semejante aluvión dopaminérgico con las sustancias encargadas de experimentar el presente. Y por eso las personas adictas siempre quieren más, porque nunca tienen suficiente para frenar el deseo.
Además, la dopamina graba a fuego la sensación provocada por la sustancia, la recompensa, para definir en su hoja de ruta que el ritual del consumo es «importante» para su vida. Cabe aclarar que las drogas tienen diferentes capacidades de activar la dopamina. Si bien todas producen descarga dopaminérgica y ansias posteriores de consumo, no todas lo hacen con la misma intensidad.
A partir de aquí es posible comprender por qué el crack tiene mayor capacidad adictiva que la coca esnifada. Los factores que intervienen para que una droga active más la dopamina son diversos. Uno de ellos es la propia composición molecular de la sustancia, que la convierte en más eficiente para impulsar la dopamina. Otro es la forma de consumir la sustancia.
DIFERENCIA ENTRE CRACK Y COCA
La molécula de cocaína fumada o esnifada es esencialmente la misma. Sin embargo, el crack resulta mucho más adictivo. El motivo de esta diferencia radica en la forma de introducir la sustancia en el organismo, que implica una mayor velocidad de aparición de los efectos. Cuanto antes llegue la droga al cerebro, antes surgirán los efectos de la misma.
Así se explica por qué una persona que bebe un chupito de vodka sentirá las repercusiones de la ingesta mucho más rápidamente que cuando bebe cerveza. La cantidad de alcohol que llega al cerebro en el primer caso es mucho mayor.
Por qué el crack produce mayor efecto que la coca: Porque al fumar la cocaína , la sustancia llega por la vía respiratoria a los pulmones. La superficie de estos, cubierta por millones de pequeños alvéolos, es muchísimo mayor que el de la mucosa nasal. Fumar crack es mas adictivo que esnifar la coca.
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En el caso del crack y la cocaína esnifada ocurre lo mismo. Al fumar, la descarga dopaminérgica es considerablemente mayor. ¿Por qué? Cuando se esnifa, la sustancia que entra por la nariz y llega a la mucosa nasal, donde penetra en el torrente sanguíneo por medio de los vasos que se encuentran en la superficie de la misma. La sangre conducirá la sustancia al cerebro. Pero la forma de introducir la droga de esta forma resulta más ineficiente, porque la mucosa no tiene superficie suficiente y parte de la cocaína se queda en la nariz.
Al fumar la cocaína en forma de crack, la sustancia llega por la vía respiratoria a los pulmones. La superficie de estos, cubierta por millones de pequeños alvéolos, es mayor que el de la mucosa nasal. De hecho, si pudiésemos desplegarla, equivaldría a un lateral de una pista de tenis. La cocaína vaporizada entra en ellos y llega, por vía sanguínea, al cerebro en mayor cantidad, provocando un enorme impacto en el sistema dopaminérgico. La velocidad es la misma que si se inyectara la droga por vía intravenosa.
CÓMO DEJAR EL CRACK
Tratamiento para superar la adicción al crack
La forma más eficaz de dejar el crack, de superar la adicción al crack, comprende dos pasos esenciales:
- Comunicar la enfermedad y la necesidad de ayuda a las personas cercanas.
- Ponerse en mano de una persona especializada en adicciones que pueda guiarla en un tratamiento, ya sea ambulatorio o en un centro de desintoxicación.
En este tipo de adicción, será probable que la persona deba ingresar a un centro de desintoxicación, donde estará cuidado por una plantilla de profesionales en psiquiatría, psicología, medicina, enfermería… En esta clínica cursará la primera etapa de desintoxicación de la sustancia, que incluye atravesar el síndrome de abstinencia. Este proceso requiere de un seguimiento especializado donde probablemente se emplee medicación para estabilizar a la persona y que pueda superarlo de la forma más amable posible.
En paralelo a la etapa de desintoxicación, la persona cursa la de deshabituación a la sustancia. Esta resulta esencial para conseguir una abstinencia mínima de consumo que le permita empezar a enfrentarse al mundo. En este período la persona realiza terapias psicológicas, talleres y dinámicas de grupo, pone a prueba la transformación de creencias y las herramientas para gestionar circunstancias que antes le llevaban a consumir.
El tiempo de ingreso para un tratamiento de desintoxicación y deshabituación al crack puede variar entre tres meses y 1 año, en función de la persona. Sin embargo, tras este proceso de superación de la adicción al crack, la persona debe continuar con la etapa de reinserción y de mantenimiento de manera ambulatoria, para reforzar la abstinencia al deseo de consumir la sustancia. Algo que posiblemente aparezca en diferentes circunstancias y que puede conducirle a recaer.